Maria me alcanzó una toallita húmeda y me quitó el preservativo. Me levanté y fui hacía el baño para asearme un poco.
Cuando volví me encontre a María de pie junto a la cama, y Daniela de rodillas al borde de la misma. Se estaban comiendo a besos. María masturbaba con una mano el sexo de Daniela, mientras la otra estaba moviendo entre la espalda y y el culo de Daniela.
Daniela daba pequeños pellizcos en los pezones de María. Yo me quedé parado, embobado y sorprendido ante esa situación.
En un momento determinado, María empujo hacía atrás a Daniela que cayó sobre la cama. María empezó a hacerle un cunilingus a Daniela. Lentamente movía su lengua de arriba abajo, y se detenía sobre el clítoris, lo succionaba y continuaba con su lengua moviendo como un torbellino sobre los labios vaginales. Daniela comenzaba a retorcerse y cogía a María por la cabeza, apretándola sobre su sexo, como si no quisiera que se apartara ni un centímetro del mismo.
Yo ya empezaba a sentir que mi Carlitos, empezaba poco a poco a volver a la vida, ante esa escena. Era testigo en primera persona de una película de las muchas que había visto en video, mientras me pajeaba, pero yo ahora estaba en la escena, es decir dentro de la película.
En un momento determinado, Daniela gimió, se retorció y arqueo su pelvis, se había corrido. María se acercó a la mesa de noche. Lo abrió y sacó varios juguetes sexuales. Uno pequeño violeta, con forma curva, es decir un consolador-estimulador prostático, un consolador con bolas de color rosa, de diferentes tamaños. Una cuerda de cuero que acababa en tiras.
Jo vaya arsenal pensé, mientras ya Carlitos estaba casi en forma como al principio. Daniela cogió la cuerda de cuero y ató las manos de María por la espalda. Le dijo que ahora le tocaba a ella. Le dijo que se pusiera a cuatro patas con las piernas lo más abiertas que pudiera. María obediente, así lo hizo.
Daniela cogió el consolador de bolas y empezó a metérselo a María por su vagina. Bola a bola, lentamente pero sin detenerse. Las bolas iban desapareciendo una a una, parecía que la vagina tenía dentro un succionador, las cinco bolas entraron, y lo que quedó por fuera era solamente el mango rosa por donde se sujetaba.Yo ya estaba más empalmado que al principio. El primero fue una calentura que venía precedida de todos los pensamientos previos sobre lo que iba a suceder, como iba a ser, si serian guapas como en la web etc, pero ahora era por lo que había visto, vivido, por lo que la escena me transmitía.
Daniela comenzó a sacar el consolador a María, una a una, a cada una que salía María daba un gritito de placer. Mayor cuanto mayor era la bola, así hasta que salió la última, y se notó que relajó las caderas.
De pronto María, me hizo señas para que me acostara sobre la cama.
Así lo hice, María empezó a comerme los testículos, mientras que jugaba con un dedo por alrededor de mi ano. Daniela se puso sobre mi boca, poniéndome la vagina a tiro de mi boca y lengua. Comencé a chupar, lamer, intentando ser original, pero también acordándome de como lo había realizado antes María, y los buenos resultados que había tenido sobre Daniela.
Ella subía y bajaba, como si me estuviera follando la lengua y los labios, yo intentaba con mis brazos sujetarle la cintura y el gluten, pero era bastante escurridiza, y se movía mucho.
Mientras tanto María, acabó con los testiculos, y empezaba a detenerse otra vez en mi Carlitos, el glande, con suaves lametones sobre el frenillo, y usando la lengua, como si fuera que se estuviera comiendo un helado de cucurucho, y no quisiera que se le cayera ni una gota.
En un momento determinado, dejó el trabajo bucal, y directamente se introdujo mi pene en su vagina. Movientos lentos, ritmicos y acompasados. Yo intentaba concentrarme la vagina de Daniela, y en un momento determinado en sus besos y en los pechos que me ponía en la boca.
Cuando ya era muy difícil seguir aguantando, llegó el descabello. María debió coger el consolador prostático, ya que sentí que primero algo frio (vaselina), y luego algo duro se entretenía en jugar con mi ano.
Me preguntó si me molestaba, en ese momento nada me molestaba, y menos que me tocaran el culo, es una sensación muy placentera, los consoladores prostáticos, ... que pena que la educación y los perjuicios hagan que se tarde tanto en probarlo. Pero usado por una experta mujer, y con el calentamiento oportuno lo aconsejo.
El roce, con la prostata, el ritmo María sobre mi pene, Daniela con sus atractivos sobre mi boca, ... y con un calor que me salió de dentro hacía fuera, ... me corrí.
Un rato quieto, un vaso de agua, unas risas... me vestí. Le di dos besos a cada una, y con una sonrisa baje por las escaleras.
Al día siguiente, temprano volví a Tenerife, el viaje empezó como un marrón, como un desastre como un coñazo... y terminó conociendo dos grandes coñ... y cumpliendo un deseo.
PD. Por fin lo terminé. Disculpen la tardanza... Se lo dedico a dos buenas amigas, y buena gente... Yeyra y Diosssa.
Pepo