Eran las 10:30, la hora en que normalmente iba a desayunar. Era una cafetería que quedaba cerca del trabajo. Bastante moderna en cuanto a su decoración, con buenos bocadillos, sobre todo el de tortilla de chacina, jo... como lo hecho de menos, buenos batidos naturales de cualquier sabor inimaginable, infusiones de todas las plantas que te puedas imaginar, pero lo más que me gustaba de "El Barraquito", era ella... si ella... Julia.
Era una chica, bueno joven, bueno para mi ya todas son chicas o jóvenes, jajjaj, los años no pasan en balde, más bien en piscinas.
Era morena, aunque algunas veces le daba por teñirse de rubio, hasta que pasado el tiempo, se cansaba y volvía a su color natural. Siempre con la sonrisa en los labios, un buenos días, o un buenas tardes, no faltaba nunca, "como está hoy D. Pepo, me decía", "lo de siempre o hoy se va arriesgar con el bocata de berros con salsa de curry", yo tardaba algunos segundos en contestar, no tanto por la duda si pedir otro bocata que no fuera el de pata asada con queso, sino por que sus ojos grandes y expresivos, su sonrisa, y... su figura impresionante... con unos turgentes pechos que se marcaban como puntas de lanza debajo de esa camisa fucsia, con el anagrama de " El Barraquito" sobre su pecho izquierdo, que suerte tenía ese dibujo, pensaba yo a menudo, que cerca de su pecho, de su corazón, ... de ella.
Continuara