La excusa que llovía, me venía como anillo al dedo para ir despacio en el camino hacia el coche. "Julia, vamos a ir tranquilos, que entre lo que llueve, lo que resbala la acera y tus tacones nos la vamos a pegar". Su perfume de CH, era suave, con esa intensidad suficiente para ser sutil, embriagador, excitante. Su olor lo hubiera reconocido aún con lo ojos cerrados, ninguna piel huele igual, el olor de la piel de cada persona es como las huellas de identidad, que no hay dos iguales.
"Pepo, que tal el día, acabaste el trabajo de esta tarde..?.." "Si, al menos mi parte ya está acabada... por cierto Julia, no te he visto salir estas dos tardes de trabajar, pero hoy al menos estas super elegante... ese abrigo de tres cuartos, y esas botas te quedan perfecto"... le dije. "Gracias Pepo, muy amable"... me dijo, mientras se tocaba el pelo suavemente con un movimiento casi imperceptible, pero lleno de feminidad y coquetería.
Las calles estaban solitarias, el tiempo no acompañaba, no daban ganas de salir de las casas. Por un lado me alegraba, ya que así me evitaba ver a alguien que me reconociera, y por otro lado me encrespaba, ya que no había nadie que nos pudiera ver y pudiera pensar ¡Que buena pareja hacen!, para una vez que iba con una preciosidad cogida por la cintura.
LLegamos al coche. Seguia lloviendo, me acerqué con Julia a la puerta del copiloto para que no se mojara. Esperé a que ya estuviera sentada, para cerrar la puerta. Para que no se mojara ella, me mojé yo. Cuando ya estaba en el interior del coche, antes de arrancar, tuve que poner las manos unidas entre si, para poder insuflar algo de aire caliente entre ellas, las puse en la forma como si se fuera a tocar el bucio de los guanches, repetí la acción un par de veces. Entonces Julia, tomó mis manos con las suyas y comenzó un suave masaje, sus manos estaban mucho más calientes que las mías, y la sensación de que me estaba tocando, ... me estaba masajeando las manos, tuvo un efecto milagroso. Por un lado estaba consiguiendo calentar mis manos y por otra calentando a mi pene que comenzó a intentar salir de su prisión, creciendo entre mis pantalones y eso que no tenía la ayuda de las manos de Julia.
"Gracias Julia, mira que hace frio hoy... conseguí decir con voz calmada", a todas estas el coche estaba completamente lleno de vaho. No se veía nada hacía el exterior.
Fuera un frío importante, dentro el calor subía, pero manteniendo la compostura, como dos amigos..., total era Pepo, ella Julia y simplemente me había ofrecido a llevarla a su casa.
Todo esto me lo repetía y una otra vez en mi cabeza, con ello intentaba engañarme, bajar el deseo, bajar la libido. Pensé en el bromuro del cuartel, pero no tenía en ese momento a mano. Lo que tenía eran mis manos entre las de Julia y así no hay quien pueda luchar.
Julia termino de calentar mis manos. Conseguí arrancar, pero sin empezar la marcha, la excusa de que era mejor calentar un poco el coche fue fantástica, para ganar unos minutos más con Julia, había presente y ese era ese momento, con Julia, no podía pensar en el futuro... ni quería.
"Julia y que tal con Jonay (su novio), se arreglan las cosas?", no es que me importara realmente en ese momento saber como les iba con él, pero sabía que era un tema que a Julia le preocupaba, y el Pepo amigo intentaba ganar la partida al Pepo hombre...
"Pues ayer martes nos vimos, cerré el bar, y cuando ya estaba en la parada de guaguas, se acercó en su coche, me tocó el claxon y me llevo a casa", me dijo. " La cosa fue bien durante un rato, me pidió perdón, que no lo iba más a hacer, que se tomó un par de copas y ya no supo reaccionar, y que cuando se dio cuenta ya eran las seis de la mañana, se acostó y ya no se levantó para ir a la playa... que lo sentía mucho... pues nada nos dimos un piquito, luego otro y de pronto comenzó a meterme mano a saco, ... le dije !!!Jonay Para¡¡¡¡, ... el enfado no se arregla con palabras y luego un polvo... de repente se paró, y me suelta... Julia... hay muchas mujeres en el mundo, y me parece que te estas pasando, sólo ha sido un fallo"... "Le dije, sigues siendo un niñato, y me llevó a casa".
"Bueno Julia tómalo con tranquilidad, esto es una pequeña crisis de pareja, ya verás que se arregla, por lo que me has comentado Jonay es un buen chico... en lo que no estoy de acuerdo con él, es que haya muchas mujeres como ... tú" -.Se hizo un silencio de no más de dos segundos pero que pareció una eternidad... "Cualquier hombre estaría orgulloso, de compartir un rato de su vida, el tiempo que sea, una vida, unos años, unas horas, o unos minutos contigo... eso al menos es lo que pienso yo..".
Aproveché el momento para arrancar. Hubo nos segundos de silencio. El semáforo que nos encontramos, nada más salir, no entiendo por que cambió tan rápido de rojo a verde, al revés de lo que queremos en la vida diaria.
"Por cierto Julia, donde vives..???". "en La Esperanza Pepo". De pronto, sentí que la mano izquierda de Julia se apoyaba en mi nuca, con un suave gesto, casi imperceptible. Sentía como sus dedos caminaban sobre ella, con un suave masaje. El calor me subió de mis genitales hasta salir por mi cuello. "Pepo... eres demasiado caballero... " me soltó Julia. "Caballero... no Julia, lo que soy es un cobarde... ".
Continuará