Mientras yo seguía enjabonándome, Atenea y Zeus se tomaron de la mano y se dieron un largo, suave e intenso beso. Un beso que rezumaba amor, complicidad, confianza. Sabían que lo que iba a suceder, era la realización de una fantasía más. En este caso era conmigo, pero había habido más antes que ya se habían realizado y seguro que abría más a realizar en el futuro. Mientras que la inmensa mayoría de las personas, se quedan en las ideas, en las fantasías, en si pudiera…., en me gustaría……ellos habían dado ya el paso, de pasar del querer al hacer, del pensar al realizar…..habían quedado atrás los miedos, las dudas…..eran una pareja que disfrutaban de su amor, de su deseo, de su complicidad……..
Atenea con una mano abrazaba a Zeus, mientras con la otra acariciaba su pene. Si lo acariciaba, no era una masturbación al uso….un sube y baja…….eran caricias, con suaves movimiento de dedos sobre el pene, como si estuviera tocando una suave sinfonía al piano…se movía sobre él, y se detenía sobre el glande cuando llegaba al mismo……Zeus continuaba besándola y abrazándola, mientras ya su pene se había puesto en posición de alerta, de actuación, de buscar dar placer……
En un momento determinado Atenea se separó de la boca de Zeus, no sin antes dedicarle una serie de piquitos, como comunicando sin palabras, ya es hora de continuar…..yo también quiero gozar….Sin soltar el pene de Zeus cogió el mío, que para ese momento ya estaba completamente empalmado. “No te sientas celoso, que a ti también te voy a tratar bien….”, habló a mi pene como si este fuera un ser individual, alejado de mi, de mi cuerpo y mi cerebro……lo que se dice de que el pene de los hombres piensa por libre…pues Atenea no se quedaba en pensarlo, habló con él…… y por los pequeños movimientos, casi imperceptibles de arriba abajo que hacía mi pene……parecía que asentía y estaba de acuerdo….
Me miró a los ojos, y en ese momento la tomé de la barbilla y la acerque a mi boca, fue un beso con lengua. Fue un beso más salvaje que con Zeus, , con movimientos circulares, y rápidos. Una lucha de lenguas, donde no hubo vencedora ni vencida.
Atenea se separó, y puso de cuclillas y durante un tiempo que no puedo definir, nos realizó un pausado, sensible, delicado, cariñoso….francés a dúo. Iba de uno a otro, alternativamente….., sin dejar de pasar su lengua por todo el contorno de los penes, de derecha a izquierda…, parándose en el glande, al que dedicó un mimo especial, rozando con su lengua su contorno, dando pequeños mordisquito, y cambiando de ritmo de lento a rápido, …..de rápido a lento….fue fantástico, y tuve que distraerme en el color de los azulejos y sus dibujos para que los fuegos artificiales no llegarán demasiado pronto…..
“Vamos a un sitio más cómodo” dijo Zeus, …. abriendo la mampara y cogiendo una toalla de las tres que estaban colocadas encima del granito beige del baño. En ese momento aproveché para dirigirme al comedor. Allí había dejado mi chaqueta, la bufanda y una pequeña bolsa que había llevado………en ella se encontraba un CD de Enya, con música suave y relajante, un antifaz negro, unos geles de sensación frio-calor, y por ultimo unas hojas de libreta escritas con rotulador rojo grueso con frases o palabras como BESALA; PONTE DETRÁS, CAMBIA POR UN DEDO……
Cuando regresé Atenea y Zeus ya estaban en la habitación. En ella destacaba una cama amplia, de dos por dos metros, sobre ella una sábana de raso color vino, dos almohadas grandes del mismo color, así como cuatro o cinco cojines de color marfil. En frente de la misma un cuadro grande desde donde se veía la totalidad de la cama, y un espejo en el techo……”joo, no os priváis de nada” dije, mientras Zeus sonreía ante mi cara de sorpresa….. Dos mesa de noche con una lámpara en cada una, un semanario en el cual había una mini cadena en su parte superior, junto con un portarretratos de Atenea y Zeus en un día de nieve en el Teide.
Saqué el CD de Enya y se lo día a Zeus para que lo pusiera, al momento la cálida y sensual voz inundó la estancia. Dejé guardados en la bolsa las demás cosas, para más adelante……, Tomé la mano de Atenea y la llevé hacía la cama. Le dije que se recostara sobre su espalda. Zeus, se colocó de manera que podía besarla, y tocarle los pechos. Jugó con ellos, se notaba que conocía los gustos de Atenea, los chupaba, succionaba el pezón, los pellizcaba suavemente, cambiando paulatinamente de uno a otro….yo mientras tanto comenzaba a hacerle un cunnilingus, empecé despacio, sin prisas. Deteniéndose en cada uno de sus pliegues, de sus protuberancias, se trataba de ir conociendo sin palabras, cual era su zona más erógena de la vagina, de su sexo, de descubrir con que roce, lengüetazo, presión Atenea gozaría más, no se trababa de preguntarle, se trataba de descubrirlo………de hacer que el movimiento de su cuerpo, de sus caderas, de su pelvis, sus gemidos, fuera dando las pistas…..
Continuará.