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Yo me senté en el sillón, puse un canal de música en el televisor, y a esperar que es lo que toca. El tiempo fue pasando y coincidí con Daniel en el Messenger. Habíamos quedado para tomar algo al mediodía, así que nos pusimos a concretar. De paso le comenté lo que sucedía, y él se sorprendió de la fiesta que tenía montada ella. Le comenté que más allá de los ruidos que salían de la habitación, ya se estaban demorando, y que si tardaban más me iba a ver obligado a cortarles el lote. Y así fue, cuando llevaban casi media hora me acerqué a la puerta y les hice ver que no podían estar todo el día.
Al rato salieron. Parecían contentos. Me daba envidia, tanto tiempo deseando estar con ella, y cuando la tenía a mi lado me tocaba esperar. Pero bueno, yo sólo quería verla feliz, así que no pasaba nada. Al bajar el chico no paraba de preguntarle su le había gustado o no, porque no la veía convencida. Es lo que tiene caerse de la cama y que se te quede el condón donde no debe jajajaja
Camino hacia el Hotel Luxtal, seguimos charlando, acompañados por el chico hasta mitad del camino, y desde allí, los dos solos hasta el hotel. La verdad es que si no es por ella no lo encuentro en la vida. Estaba super escondido. Entramos y pasamos a la habitación. Yo me la imaginaba más amplia, pero la verdad es que era perfecta. Tenía todo lo necesario para disfrutar en condiciones.
En cuanto nos dejaron solos, nos quitamos los abrigos y nos sentamos en la cama. Ahora sí, ahora sí que eres toda mía. Nuevamente comencé a comerle la boca, y ella se abalanzó sobre mí. Vestidos comenzó nuestro juego de besos y caricias, hasta que pasado el rato le dije que mejor nos quitábamos la ropa. Yo le comía el cuello, le chupaba los pechos y acariciaba todo su cuerpo. Para ser sincero, poco recuerdo de aquellos primeros momentos. Yo estaba tan a gusto, me perdía en su mirada, en sus caricias, no sé, estaba en una nube y me dejaba llevar, así que no recuerdo exactamente los pasos. Sé que ella durante todo el tiempo se corría a una media de una vez cada 5 minutos, a veces se corría dos o tres seguidas y luego tardaba unos diez minutos, pero todo el tiempo disfrutando.
Al principio era simplemente con mis caricias, hasta que le dije que se tumbara boca abajo, q comencé a lamerle la espalda, a acariciarla y a chuparle el culito y el coño. Ahí se notaba mucho más cachonda. Pero yo necesitaba el contacto visual con sus ojos. Así que me puse a su lado y jugué con mis dedos en su culito y su coño. Y como ya he dicho, ella seguía corriéndose al ritmo de una vez cada cinco minutos.
Tras un rato así, y habiéndose corrido unas cuantas veces, me tumbé y le dije que probase mi polla, y se puso a chupármela. Como yo sospechaba, no le cabía entera en la boca, pero se puso a comérmela a base de bien. Al rato la tenía muy dura, y le pedí que se sentara sobre mí, para que se frotase con mi polla. Estuvo un rato sentada, frotándose. Y yo jugando con sus pechos, presionando sus pezones porque sabía que eso la excitaba mucho. Y así pasaba el tiempo, y los orgasmos, hasta que no podíamos esperar más y me puse un condón, y la penetré. Ella estaba sentada sobre mí, disfrutando de mi polla. Poco a poco fue encontrando el ritmo y nos pusimos a bromear con sus calambres, porque a esas alturas tan tempranas, ya eran muchos los orgasmos que llevaba acumulados. Yo le insistía en que no se cortase, que podía correrse siempre que quisiera, y mientras charlábamos y nos echábamos unas risas seguía cabalgando sobre mí, y yo siempre la ayudaba jugando con su clítoris y con sus pechos. A mí se me ocurrían diferentes cosas que decirle, para disparar sus orgasmos, entre ellas que se imaginase a una amiga nuestra follando con nosotros, lo cual era una situación de lo más morbosa.
También aproveché el momento para follarle un poco el culito, no fue mucho pero lo suficiente como para disfrutarlo en condiciones.
Por un momento me pareció que ella comenzaba a dar síntomas de agotamiento, así que le dije que bajara, me quité el condón y le pedí que me comiera la polla, y mientras intenté poner una peli porno, pero no encontramos el canal, así que me la chupó sin la película.
Hay cosas que no recuerdo bien, no recuerdo qué hicimos luego exactamente. No parábamos de charlar, de coquetear y buscar nuestras miradas. A veces se quedaba mirándome y a mí me intrigaba la naturaleza de sus pensamientos.
Sé que en un momento dado pasamos al sillón tantra, pero no sé en qué orden, y que allí se estaba muy cómodo, y que se corrió varias veces sobre mí mientras lo hacíamos. Yo solía jugar con su culito para irlo dilatando, porque no teníamos lubricantes a mano.
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