Pues aunque suene grosero yo pienso que para gozar en el sexo hace falta un tanto de egoismo. Un egoismo, digamos, sano o maduro.
El principio sería ‘yo gano y tú ganas’. Para practicarlo es imprescindible aprender a quererse bien, a responsabilizarse de los propios actos.
En un momento inicial los componentes de la pareja empiezan juntos el camino pero llegado un determinado momento aparece la encricijada: o te concentras en "lo tuyo" o nunca -ni el hombre ni la mujer- obtendrán
su orgasmo.
Cada componente de la pareja es "responsable" de su propio orgasmo (y eso es muy difícil de conseguir si continuamente estás pensando "¿estará ella/él disfrutando?, ¿lo estaré haciendo bien?")
En las relaciones de pareja, este egoísmo lo practicaría aquella persona que cuida la relación porque sabe que eso le beneficiará. No lo hace
solo por la otra persona (aunque por extensión también), sino porque sabe que eso es beneficio para ambos.
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