No, ya estoy en la isla picuda
El Secret es grande, decorado con clase, probablemente uno de los mejores clubs de Canarias. Pero yo insisto en que si las condiciones que se exigen a los hombres en los clubs swinger van a seguir siendo las que son lo mejor es no dejarlos entrar.
Al cliente se le cobra por entrar a un local de ocio pero apenas se le deja hacer uso de un tercio de las instalaciones. ¿En que otro negocio dedicado a cualquier otra actividad -restaurante, piscina, gimnasio- se permitiría algo así?
Y Sí, YA SÉ que los clubs swinger son negocios muy particulares, únicos en su género, que apelan a satisfacer un instinto muy básico y que NADIE te obliga a ir. También sé lo de la oferta y la demanda y lo del celo innato de los hombres que anula su capacidad de entendimiento y bla, bla, bla pero lo que no parece tener mucho sentido es pagar la entrada a un establecimiento para sentirte (y esto es una apreciación personal) como un cliente de segunda. A menos que eso sea parte de un parafilia secreta: el goce de sentirte ninguneado
En el Secret una puerta con barrotes separa el reducto donde ’confinan’ a los hombres solos de la zona de parejas. Producía sentimiento ver a esos tipos, miembro en mano, mirando con desconsuelo -como niños excluidos de una fiesta de cumpleaños- como al otro lado hombres y mujeres follaban a todo tren en la zona de los ’clientes de verdad’
Dicho esto, el principio de coste-beneficio dice que debemos hacer algo si y solo si el beneficio que nos reporta supera el coste que incurrimos al hacerlo. Poniéndonos en el mejor de los casos, imagina que vas a un club y consigues TODO el sexo que buscabas y tenías en mente ¿realmente vale la pena pagar 60 eurazos por la experiencia? La respuesta es tan personal que solo puede responderla cada uno
Yo no repetiría en el Secret. Iría al que está justo al lado. Cuesta la mitad y al menos nosotros nos divertimos justo el doble. Creo que se llama Swinger 4 All
Nota: Los que que siguen preocupados por el virus tienen otro motivo para evitar los clubs. En el Secret NADIE llevaba mascarilla y la gente -casi 50 o 60 personas- bailaban salsa y perreaban en la pista como si la pandemia fuese cosa del pasado
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