Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo se realizan más de cien millones de actos sexuales, casi 65.000 por minuto. Los japoneses son quienes menos sexo practican al año, mientras que los brasileños lo prefieren a un aumento de sueldo. La sofisticación de los juguetes eróticos alcanza cotas inimaginables y las muñecas sexuales -que Berlanga retrató en su película Tamaño natural- pueden llegar a costar más de 4.000 euros. Pero para fantasía original la que han desarrollado en Estados Unidos los llamados furries, personas que para conseguir placer sexual se visten de pies a cabeza como su animal favorito y acometen las relaciones sin quitarse el disfraz.
Estas son algunas de las cuestiones que abordará Sex mundi, la aventura del sexo, una serie en alta definición, que representa la sexualidad, el erotismo y las relaciones humanas en diferentes culturas del mundo. Esta producción de Plural Entertainment (Cheers, 11-M), que hoy (23.00) estrena Odisea (dial 60 de Canal +) pretende ser "una enciclopedia erótica audiovisual solo para adultos", explica Roberto Blatt, director general de la cadena de documentales. Blatt, que define la serie de "completa, inteligente, entretenida y picante", asegura que los placeres carnales "comparten un lugar común" y no saben de idiomas ni de fronteras.
A lo largo de 15 capítulos se recorren 23 países con el fin de reflejar "la situación actual de la sexualidad desde el punto de vista biológico, antropológico, social, religioso cultural y filosófico", explica Tania Estévez, una de las guionistas, que señala que Marruecos e Israel fueron los países con más tabúes y los que que más trabas pusieron al rodaje. La monogamia, el fetichismo, el negocio del sexo o la búsqueda de pareja son algunos de los asuntos que tratará Sex mundi. La serie también revela cómo en China, los padres buscan pareja para sus hijos en determinadas calles o plazas como si de un mercadillo se tratara. O como en España se celebran las fiestas Goa, masivas reuniones en las que abunda el sexo fácil y sin exigencias. Sex mundi cuenta con la participación de los filósofos Gilles Lipovetsky y Michel Onfray; el dibujante erótico italiano Milo Manara o la antropóloga estadounidense Helen Fisher.
Asimismo, intervienen personajes cuyo trabajo está relacionado con el mundo de sexo, como el actor de películas X Nacho Vidal, aunque, como advierte Blatt, Sex mundi no se regodea en "las imágenes pornográficas".
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