Sentir más y pensar menos, parece ser la meta. Frente a esa demanda, quienes ofrecen respuestas fáciles e inmediatas a los problemas están ganándole el mercado a la necesaria razón de las almas. La salsa, es la sobreexposición de milagros... El mercado de los sentimientos está abierto, y cualquiera puede vender su receta.